Una despedida funeraria inolvidable
¿Odias vestirte para un funeral? ¿Te aburren las palabras brindadas en la ceremonia? ¡Este insólito servicio funerario te gustará!
Con más de 40 años de experiencia, la funeraria Robert L. Adams Funeral Home brinda en su negocio de Los Ángeles un servicio poco común: ingresar a la sala velatoria en auto. Fallecido en el 2005, el funerario Robert Adams pensó en brindar una solución a los estadounidenses promedio que tienen su día cada vez más ocupado trabajando 9 horas o más al día, yendo a la universidad y trabajando o bien cuidando a su familia. De esta manera, quien sólo tiene tiempo para ir durante el almuerzo del trabajo, quienes esperan en esta ceremonia a muchos visitantes o tienen algún tipo de discapacidad pueden pasar por al lado del difunto sin tener que bajarse de su automóvil. En todo Estados Unidos sólo se encuentran tres funerarias que operan con este servicio: Los Ángeles, Chicago y Lousiana. Si bien este es el sello distintivo de la empresa, Robert L. Adams Funeral Home también ofrece ceremonias tradicionales ubicadas en el interior del salón o bien en su capilla e inclusive la viuda de Adams, Peggy Scott Adams, brinda sus servicios de canto para las familias que lo deseen.
Una sala velatoria con pavimentado
Con un panel de visualización que puede observarse desde la calle, hasta el transeúnte más distraído puede ver al difunto en su despedida.
Con una “pasarela” pavimentada de 12 pies de ancho y 10 pies de alto, este servicio sólo es adecuado para los autos o pequeñas camionetas ya que su altura impide el paso de autobuses, camiones y casas móviles. Los visitantes son recibidos con un gran cartel rojo ubicado encima de la entrada del edificio de piedra en Palmer Street East que expresa “Conduzca a través del panel de visualización” mientras que grandes lámparas de araña de oro, alfombras de felpa y delicadas cortinas decoran el salón donde se encuentra el ataúd del difunto. De esta manera, puedes pasar lentamente con el auto cerca de la ventana de visualización que cuenta con un doble panel de vidrio a prueba de balas tras el cual se encuentra el difunto en un ataúd abierto. Si el visitante lo desea puede bajarse del auto y tomarse unos minutos para acercarse a este panel.
El servicio preferido de las pandillas
En la década de los 80 este servicio funerario era una opción muy solicitada por los pandilleros que deseaban despedir a su ser querido sin poner en riesgo su vida.
Esta funeraria que ofrece sus servicios desde 1974 se hizo popular en la década de los 80 entre los pandilleros que reinaban en Los Ángeles en momentos en los que las venganzas y disputas de pandillas habían llegado a provocar tiroteos en los cementerios. De esta manera, los delincuentes se mostraban reacios de reunirse en funerales exponiendo su propia vida y la de su familia por lo que encontraron en este servicio de Robert L. Adams Funeral Home una excelente estrategia para estar presente en la despedida sin poner en riesgo su vida. Dirigido por Peggy Scott Adams desde la muerte de su fundador en 2005, el objetivo de este servicio es hacer más sencilla una visita que muchas personas no desean o no quisieran hacer. No deben estar buscando estacionamiento ni pensando cómo harán para llevar a la abuela… Sólo necesitan subirse al auto, pasar por esta “calle” de la sala velatoria y finalmente firmar el libro de visitas en el que expresen sus condolencias y cariños a la familia.
¿Qué opinas de este servicio funerario poco frecuente?